miércoles, 29 de junio de 2011

Puebla, Veracruz, México: ¿Soportarán una base militar yanqui en su territorio? Pedro Echeverría V


1. Desde hace un mes he venido recibiendo correos que denuncian el establecimiento de una base militar de los EEUU en territorio de Puebla y Veracruz. Me pareció que era muy posible por el tipo de gobiernos del PAN y PRI -demasiado entreguistas- que hemos tenido en México, por lo menos durante los últimos 30 años. La realidad es que he esperado que la noticia se haga más fidedigna para dar fuerza a mi publicación. Pero tan grave es la medida de instalar una base militar gringa en México, que me ha parecido muy extraño que sólo en Puebla haya sonado la alarma al hacer una manifestación en contra el establecimiento de la base, hoy escuela para militares al estilo “Escuela de las Américas” que estuvo en Panamá. Lo poco que se ha publicado es que es una base militar disfrazada de escuela para preparar miembros de las fuerzas armadas.
2. Al abrirse como escuela de instrucción y entrenamiento militar quiere decir que es la fase uno de una base: una escuela con muchos profesores y entrenadores de la CIA, con armas de todo tipo, así como una enorme tecnología militar para que los alumnos salgan con diplomas y títulos. Me recuerda aquella magnífica película de Kubrick, Cara de Guerra, que demuestra que cada militar siempre debe estar preparado para recibir órdenes y para matar sin discutir. La diferencia que hay entre base militar uno (”escuela”) con base militar dos y base militar tres es el tamaño de la base, la cantidad de aviones y pistas de aterrizaje que tiene, las características de las armas que posee y el número de personal militar que entra y sale. Los yanquis tienen más de mil bases militares establecidas en el mundo y el tamaño depende de la región de donde están ubicados.
3. La embajada de los EEUU, ubicada en Paseo de Reforma en medio del centro financiero más grande de la ciudad de México bien podría calificarse como una base administrativa militar de espionaje. Por ella pasan los políticos, empresarios, alto clero para informar acerca de sus actividades a sabiendas del enorme poder del embajador en turno. En esa embajada yanqui se concentra quizá mayor información sobre la economía, la política y la sociedad mexicana, que en la secretaría de Gobernación; por ese motivo la embajada interviene sin cortapisa alguna, en política nacional. Así como se preparó en la embajada yanqui el derrocamiento y el asesinato de un Presidente (Madero)y el vicepresidente de la República (Pino Suárez) en 1913, de la misma manera se exige que todo candidato presidencial –desde los años 20- tenga que presentarse ante el embajador.

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