jueves, 9 de mayo de 2013

Jubilarán a electricistas del SME que tengan los años requeridos en CCT


Gobierno también accedió a liberar a Ulises Uribe; “primera victoria” en casi 4 años de lucha: Esparza.
Carolina Gómez
Publicado: 09/05/2013 13:20
México, DF. El Sindicato Mexicano de Electricistas logró hoy su “primera victoria” y entró en una nueva etapa de negociación con el gobierno federal anunciaron integrantes del comité ejecutivo del gremio.
Luego de una reunión con el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, en las instalaciones de dicha dependencia la lucha del SME de más de 3 años y seis meses rindió su primer fruto pues el gobierno accedió a dar la jubilación a todos aquellos trabajadores en resistencia que hayan alcanzado los años de trabajo necesarios para acceder a este beneficio conforme al artículo 64 del contrato colectivo de trabajo del SME.
Martín Esparza secretario general del SME, Humberto Montes de Oca, secretario del exterior del sindicato, Eduardo Bobadilla, secretario del interior del gremio, como José Antonio Almazán secretario de jubilados, anunciaron lo anterior en el mitin que lleva a cabo a las afueras de gobernación luego de la marcha de la mañana.
Esparza Flores informó que el gobierno federal accedió a liberar la próxima semana a Ulises Uribe, quien se encuentra en el Reclusorio Oriente y añadió que la Secretaria de Gobernación acordó que la clínica 26, la cual fue entrega por el SME al IMSS hace algunos años para que los integrantes del gremio recibieran atención médica, será reabierta para beneficio de los más de 16 mil sindicalistas en resistencia.
El dirigente comentó también que la próxima semana se concretará un “acuerdo político” con el SUTERM para que se respeten las zonas en las que ambos gremios tenían dominio antes de que el gobierno calderonista extinguiera Luz y Fuerza del Centro.
Montes de Oca y Esparza llamaron a los integrantes del SME a “no echar las campanas al vuelo” y a fortalecer la lucha a fin de lograr la reinserción laboral.

sábado, 4 de mayo de 2013

Hoy, dirigentes símiles de Porfirio Díaz


Recapitulación histórica del Primero de Mayo
Martín Esparza Flores
Con toda certeza, para la mayoría de los legisladores que aprobaron la reforma laboral que tiene de hinojos a los trabajadores ante la clase empresarial del país, lo mismo que para los agachones y sumisos líderescharros de caducas centrales como la CTM, los nombres de Adolf Fischer, George Engel, Albert Pearson, August Vicente Spies y Louis Lingg, no signifiquen nada; es más, sin temor a equivocarnos, ni siquiera los conocen o  tienen referencia histórica  alguna de su existencia en sus limitados intelectos.
Por eso, al cumplirse  117  años de la huelga  convocada  el primero de mayo de 1886 por organizaciones sindicales de los Estados Unidos, exigiendo entre sus demandas básicas la jornada de ocho horas —pues entonces las leyes laborales sólo sancionaban las jornadas mayores “a las 18 horas de trabajo”—, es vital hacer una recapitulación histórica del origen de las luchas obreras que costaron la sangre y vida de miles de trabajadores en el mundo, como fue el caso de los llamados “Mártires de Chicago”, sentenciados a la horca en esa ciudad norteamericana por el solo delito de haber exigido un trato más humano y justo a los obreros,  participando el  4 de mayo  de ese año en un  mitin en la plaza de Haymarket y que congregó  a  20 mil trabajadores y sus familias. En su memoria es que se festeja mundialmente el Día de Trabajo.
Ni por asomo, o en casual charla de sobremesa, los que alentaron y aprobaron las modificaciones a la Ley Federal del Trabaio en México, tampoco han oído hablar de Manuel M. Diéguez, Esteban Baca Calderón y Juan José Ríos. Y esos, ¿quiénes son?, se dirán, ¿acaso revoltosos de la CNTE? Para brevemente ilustrarlos bastará decir que fueron algunos de los valientes líderes del movimiento de Cananea, Sonora, que encabezaron, el primero de junio de 1906, a dos mil mineros mexicanos que exigían al empresario norteamericano, William C. Greene, propietario de la Cananea  Consolidated Copper Company, acabar con las condiciones infrahumanas de trabajo y salarios de hambre.
El gobierno de Porfirio Díaz, lejos de tutelar los derechos de los trabajadores mexicanos, consintió que mientras se manifestaban portando la bandera nacional, rangers americanos junto con sus guardias rurales, abrieran fuego a mansalva reprimiendo brutalmente el movimiento. El saldo: 23 muertos, 22 heridos y más de 50 detenidos. Los tres principales líderes fueron enviados a San Juan de Ulúa, la cárcel destinada por Díaz para los luchadores sociales. Ni Greene ni los responsables de la masacre sufrieron castigo. Tal como hoy sucede en Cananea y en otras minas, operadas por gangsters como Germán Larrea.


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